Cuantas veces nos encontramos con las manos llenas tratando de abarcar mucho más de lo que logramos sujetar. Sinceramente aún lucho con esto, quiero encargarme de tantas cosas a la misma vez y la mayor parte del tiempo termino extenuada, rendida en una esquina y con la lengua afuera del agotamiento. Peor aún cuando repaso y trato de recopilar lo que haya logrado culminar, resulta que hice poco y me canse mucho. Como mujeres tendemos a querer solucionar y participar en un proceso de eliminación, pero al final de cuentas terminamos suprimidas en la frustración. Queremos poseer la habilidad de multiusos y cuando nos enfrentamos a esta responsabilidad tan extensa es cuando nos damos cuenta que quizás es mas fácil tener mucho en que pensar para no escrutar cada situación a fondo, cuando nos enfocamos en una sola cosa a la vez lo único que vemos es el farol rojo de la tracto mula que se aproxima a máxima velocidad en nuestra dirección, nos vemos forzadas a escudriñar los escombros, a enfrentarnos con lo inevitable. Pero, cuando tenemos el valor de tomarnos el tiempo y tratamos de balancear una sola cosa a la vez las probabilidades de obtener un resultado mas satisfactorio es mucho más prometedor.
Esto es bíblico, hay un tiempo para todo (Lean Eclesiastés 3:1-8), también dice la palabra que: “¿Que provecho saca quien trabaja de tanto afanarse?” (Eclesiastés 3:9). No siempre podemos pretender sembrar y cosechar a la vez y para que esto sea posible entonces el sembrar lo tuvimos que haber empezado con anticipación de lo contrario obligatoria será la espera. Esto aplica para TODO en nuestra vida, en toda relación en general que queramos llevar a cabo, en nuestras profesiones, en nuestros objetivos etc. Muchas veces me encuentro dándome contra las paredes porque no obtengo los resultados que espero. Pero poco a poco Dios viene trabajando conmigo, con la paciencia que lo caracteriza. Mostrándome que si primero me enfoco en él y le dedico el tiempo en servirle, agradarle, poco a poco en su tiempo va acomodando todo en mi vida. Quizás no en el orden que yo hubiese elegido pero sinceramente dejo que él tome esas decisiones porque cuando yo elijo mis tiempos el 90% de las veces se me van las luces y por ende he cometido errores GARRAFALES y eso va en mayúscula porque de ese tamaño han sido mis faltas. Entonces, prefiero esperar en Dios y entregarle mis anhelos, mis secretos y esperar en el tiempo de él. Mientras gira el reloj yo me encargo de trabajar en esas áreas donde el me ha dado luz verde para seguir y ejecutar una sola cosa a la vez.
Entrando en materia prima con ustedes, les cuento que yo estuve casada por un año y medio. Me case pensando que este era el tiempo que Dios había asignado para mí, y mi ex-esposo sería el príncipe azul con quien compartir mi vida, el que influenciará la vida de mi hija positivamente. Nadie me obligo, esta fue una elección que tome con todos mis cinco sentidos y por más que sea fatal reconocerlo fue una decisión que afecto mi vida y la de mi hija de una manera contraproducente a los propósitos de Dios en mi vida. Quizás muchas personas no estén de acuerdo conmigo y quieran impugnar sus argumentos, pero esto no se trata de las opiniones de terceros, se trata de lo que Dios nos revela en lo mas intimo de nuestros momentos oscuros, como llegas a un punto que sientes como tu alma solloza pidiendo auxilio. En resumidas cuentas, esta historia termino en divorcio (no es lo ideal para un matrimonio), pero ya paso y ese capitulo fue cerrado con llave, la misma que esta perdida en el mar muerto (mar muerto - sus duras condiciones son lo que impiden que exista ningún tipo de vida en él, de ahí su nombre - elal.com). En conclusión, si yo hubiese esperado en Dios, si hubiese estacionado mis afanes en neutro y mi corazón se hubiera sincronizado con lo que el Espíritu Santo me estaba tratando de comunicar no hubiese tomado esta decisión. Dios nos deja saber de su tiempo para todo en nuestras vidas, tenemos que estar alertas y atentas porque hay decisiones que tomamos y no tienen vuelta atrás y si las tienen dejan cicatrices que duelen por mucho tiempo y aun más cuando se tienen hijos y esto también marca la vida de ellos. Ya tendré oportunidad de indagar mas a fondo en el tema de mi matrimonio, convivencia y divorcio con ustedes. Pero esto es un ejemplo que quise compartirles, en realidad esto aplica a todas nuestras decisiones.
Entonces que se hace? Como se espera en Dios? Como sabemos que es el Espíritu Santo quien nos habla? En fin, tantas preguntas, cierto?
Pues vamos a partir desde punto mas elemental, oración y comunión con Dios. Despojarnos de todo lo que queremos llevar a cuestas, dejar de arrastrar con tanto y que la mayor parte del tiempo lo único que conseguimos es detener nuestro camino pues nos cargamos con tanto que no avanzamos mucho. Entrégale todo a Dios, literalmente todo. Descansa en él y pídele que te guié, que te ilumine en cada paso que des, que ponga tropiezos si vas por el camino incorrecto. Es tan difícil esperar, todo lo queremos a pedir de boca y de una manera instantánea. Pero entonces es ahí cuando las cosas no duran y se desploman, entonces tiempo perdido porque tenemos que empezar de cero y otra vez en contra del reloj. Nuestra ansiedad por alcanzar tanto en la vida, por conseguir todo es algo que nos ata y nos esclaviza.
Voy a recalcar, obviamente tenemos que ser diligentes y tampoco sentarnos a rascarnos el ombligo, no estoy insinuando esto pero si retirarnos un poco y meditar en lo que estamos tratando de obtener, quizás emplear un proceso de eliminación y poco a poco ir entretejiendo con cautela y con dependencia de Dios. Cierra tus ojos, respira profundo y da un paso a la vez. Somos una sola persona, con muchas responsabilidades y ejercemos muchos títulos en nuestra vida cotidiana, por lo tanto tomate el tiempo en oxigenar y retomar tu camino pero confiando que Dios nunca se atrasa, no se adelanta y cuando genuinamente esperas en el, llega siempre a tiempo y trae a tu vida lo mejor para ti. En la espera y en el tiempo descubrirás mucho de ti, aprenderás de tu esencia y entablaras complicidad con Jesús.
Quiero aprovechar esta publicación para invitarlas(o) a que comenten en la parte inferior, si tienen alguna historia o anécdota que compartir, me encantaría poder entablar una comunicación abierta con mis lectores. También me pueden buscar en Instagram y Facebook, solo dale clic al icono. Mantén siempre presente que las experiencias e historias al recopilarse, se convierten en nuestra biografiá entonces amala, valorala y llevala en alto con todo y sus momentos bajos.
Dios les bendiga!