Estas en la mitad de la encrucijada, ves los automóviles venir hacia ti en diferentes direcciones opuestas y te invade un sentimiento de suplicio. Creo que nunca había sentido tanto miedo por otra persona en mi vida cuando entendí que criaría a mi hija sola, que su bienestar dependería de mí y que su carácter seria completamente influenciado por mis decisiones y los fundamentos que le pudiese brindar. Una cosa es estar a mitad de carretera a solas y otra muy diferente cuando tienes a una niña sosteniendo tu mano y mirándote con esa tranquilidad y dependencia que contigo estará segura, mientras tanto por dentro te desplomas. Nunca he mirado a mi hija como una carga que voy arrastrando por la vida, por el contrario en realidad es ella la que muchas veces me ha cargado a mí porque su presencia me llena de alegría, motivación y objetivo. Tener hijos(a) si es un compromiso de por vida, óyeme es que no importa la edad que tengan todo lo que les acontece nos afecta casi que de una manera sobre natural. Son tu legado y literalmente son tu corazón corriendo por fuera de tu cuerpo, eso es mi hija. Pero no todo es color de rosa y la escarcha poco a poco se difumina cuando la realidad golpea a tu vida. Nunca pensé que sería madre soltera, yo viví con mi madre después de la separación de mis padres y veía como ella se esforzaba por nosotras, fue muy difícil y por lo tanto no quería de cierta manera retomar ese mismo camino, pero las decisiones que tomamos nos llevan a enfrentarnos a verdades que señalan el camino por delante.
¿Cómo haces para criar a tus hijos(a) cuando tienes heridas tan profundas que aun supuran porque esos puntos parecen no mantener esa sutura en sitio? ¿Cómo te levantas con tu dignidad destrozada y alma quebrantada? La verdad muchas veces me doy cuenta que estoy en cuclillas (agazapada, agachada) intentando retomar aire y respirar profundo, e internamente ese eco me susurra:” inhala…exhala”. Son tantos temas que se pueden tocar en el aspecto de una crianza a solas, ese árbol es muy frondoso y tiene muchas ramas que se extienden en diferentes direcciones y longitudes. Entonces esta publicación será como una introducción a este tema el cual en realidad es punto clave en mi vida y ya poco a poco iremos disertando a fondo. Cuando yo tuve a mi hija tenía 29 años y no fue un embarazo planificado y tampoco nació dentro de un matrimonio o en una relación formal, esta es la realidad y para que ponerme con rodeos. Desde un principio he querido ser transparente y lo más sincera posible, si algún detalle se omite es más por mi hija que otra cosa, aún hay detalles íntimos que no le he compartido y creo que ese derecho me corresponde solo a mí. Pero, dentro de todo quiero ser un libro abierto con mis lectores, pues es de la única manera que podre permitirle a Jesús que se descubra en mis relatos.
Lo primero que quiero exponer es la importancia de permitirte ser humano (no somos fenómenos de la naturaleza, así nos sintamos como tal) se vulnerable, imperfecta y aceptar que en un 30% a 50% de las veces nos descachamos en algo y no somos débiles si pedimos ayuda. Por favor suéltate y libérate de ese aguijón de querer ser perfecta delante de tus hijos(a), que caminas por encima de las nubes y que mami siempre tiene la razón. Como madres es muy fácil convertirnos en nuestros verdugos de por vida, pues recuerda que los hijos son para siempre y esta labor nunca termina porque aun cuando nos vamos de este mundo seguimos en ellos pues son nuestro legado, ¿cierto? ¿Cómo le enseño a mi hija que está bien equivocarse y cometer errores si yo me le presento constantemente como un dechado de virtudes? ¿Cómo le demuestro la importancia de pedir perdón o disculparse si mi orgullo va por encima de la humildad? Es contradictorio pretender que nuestros hijos(a) adapten cualidades de vida sin ejemplo. Entonces queremos establecer patrones de vida, exigiéndoles, sin querer untarnos las manos y meternos en el fango con ellos mientras van aprendiendo. Siempre he dicho que una de las personas que más me enseña en la vida es mi hija, muchas veces me convierto en el aprendiz. Es fascinante ver como se desenvuelve en ciertas áreas, casi siempre me dicen que ella es una vieja en cuerpo de niña. Entonces lo dicho, el fundamento de nuestros hijos empiezan por casa, el inculcarle los valores, imponer límites y pautas, dirigirles para que aprendan a canalizar diferentes situaciones, pero cuando se te agotan los cartuchos ¿qué se puede hacer? Es sabio y prudente acudir a un Sicólogo o consejero pues ellos nos brindan una variedad de recursos para poder implementar en casa en lo que es la vida cotidiana y al tratar a nuestros hijos descubren lo que quizás nosotras no logramos descifrar pues se encuentra de por medio nuestro instinto maternal y por ende una maremoto de emociones desenfrenadas.
En este momento tengo a mi hija en terapia con una consejera de niños(a), es una Sicóloga Cristiana y al principio me costó mucho trabajo despojarme de esa idea tan absurda que yo soy la “Súper mama” y puedo con todo, mientras tanto mi hija se daba contra las paredes tratando de asimilar su realidad a tan temprana edad. Cual realidad, pues que su padre vive lejos y no es parte de su vida cotidiana y que la vida de él se encuentra en otro lado y por mas que ella anhele en su corazón algo diferente, las circunstancias actuales son esas. Yo quise tomar esta situación en mis manos y encontrar solución en mis palabras y esfuerzos pero esto no dio resultado satisfactorio para ella y tuve que rendirme, elevar mis manos al cielo y pedir a Dios otra salida porque me estaba martirizando y llenado de frustración como madre al ver a la persona que más amo sufrir y no poder hacer nada para mitigar su dolor. Nuestros hijos nos muestran lo que ellos necesitan, por eso es tan importante estar al pendiente de sus comportamientos, expresión de sentimientos y cambios de actitudes para poder actuar a tiempo y no dejar que los años tomen su curso porque los daños pueden ser irreparables. Yo quiero evitar que mi hija crezca con resentimiento hacia su padre y que busque otras formas poco saludables de desahogarse al ir creciendo. Nada más de pensar que esto podría traer repercusiones en su desarrollo emocional y mental, tire mis guantes al piso y deje que Jesús me guiara y como su plan perfecto no falla y funciona para bien, me encontré encaminada hacia esta Sicóloga y poco a poco he visto como mi hija ha encontrado libertad, sale de su caparazón y la veo tanteando el terreno poco a poco. Bien dice la palabra de Dios - Venid a mi todos los que estén trabajados y cargados, y yo os hare descansar – Mateo 11:28
Entonces mis queridas colegas en la maternidad, escuchen a sus hijos(a), dialoguen con ellos, hagan preguntas y permítanse ser vulnerables, presten atención a cualquier cambio que ellos manifiesten y valoren las emociones que ellos expresan, la estabilidad emocional y mental de ellos es de vital importancia. También asegúrense de estar sanas, de no tirarse a matar exigiéndose tanto, luchen por estar optimas en estado de ánimo, procuren tener amistades con quien compartir y despejar la mente de vez en cuando, enfóquense en algún pasatiempo, no se descuiden, hagan ejercicio, coman saludable, déjense consentir y tomen un buen café, que cuando nosotras nos encontramos bien, nuestros niños(a) estarán aún mejor. Recuerden que nosotras somos su influencia directa y el valor que nosotras nos demos es un espejo de vida para ellos(a), solidaridad ante todo con ellos y con nosotras mismas. “Recuerda que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece – Filipenses 4:13”.
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